En 2010, la asignación estatal a la Casa Real fue de 8,9 millones de euros, misma cifra que el año anterior, congelamiento vendido a la prensa como ejemplo de austeridad real en tiempos de crisis económica. Lo que nos lleva a un asunto de fondo (de reptiles): una cosa eran las asignaciones públicas a la Casa Real y otra lo que los Reyes manejaban bajo el radar.